El movimiento ecologista fue quien primero reivindicó el uso de la energía solar
Las actuales macroplantas solares sólo benefician a sus promotores, alteran hábitas naturales y no crean riqueza en el mundo rural
Ya en 1978, desde el movimiento conservacionista, reivindicábamos el sol como fuente de energía limpia y renovable. Nos llamaron de todo: ignorantes, sin conocimientos técnicos, ilusos, enemigos del desarrollo, y otros adjetivos que mejor no mencionar.
Pero quienes entonces nos insultaban y trataban de desacreditarnos, hoy alardean de “paladines” de la energía solar, como IBERDROLA, ACCIONA, GAS NATURAL, etc., que entonces, bajo otros nombres, tales como Hidroeléctrica Española, Iberduero, Sevillana, etc…, abominaban de la energía del “hermano sol”, como diría San Francisco de Asís. Estas empresas estaban a lo que estaban: centrales nucleares, centrales hidroeléctricas, de carbón o de otros tipos contaminantes.
Pero igual que Pablo de Tarso, camino de Damasco, cayó del caballo y cegado por el sol, se entregó en vida y alma a Jesucristo, las compañías eléctricas cayeron “del burro” y, camino de la quiebra, abrazaron con fe (económica) la energía solar.
A nuestra sorpresa por el cambio radical acaecido, siguió la incredulidad y las dos, sumadas, acabaron en sospecha, que evolucionó en poco tiempo a indignación. Indignación hacia unas empresas que siempre se han movido por un interés meramente comercial, económico, rayano en la usura, con tarifas escandalosas, sin importarles las familias en peligro de subsistencia, ni la destrucción del medio ambiente, ni la salud de las personas que viven en el entorno de las centrales nucleares.
Destruyeron los ríos más valiosos de España, como el Duero, con sus maravillosos “arribes”, el Guadiana, con sus llanos de La Serena, y el Tajo, especialmente, haciéndolo desaparecer como río, convirtiéndolo en una sucesión de embalses en tierras extremeñas: Cedillo, Alcántara, Torrejón y Valdecañas. Bajo sus aguas, impresionantes bosques de galería, espesuras de monte mediterráneo, dehesas, yacimientos arqueológicos y hasta pueblos.
¿Qué les importaba la destrucción de todo este patrimonio natural y cultural a las compañías eléctricas? Nada. En sus reuniones de accionistas y consejos de administración, sólo se consideraban las ganancias.
Y ahora son “ultras” de la energía solar. Pinocho era más sincero que todas estas compañías. Ahora que las centrales nucleares se van cerrando (aunque eso sí, nos dejan de herencia residuos radiactivos de alta actividad que tiene miles de años de actividad, y que encima pretenden que paguemos con nuestros impuestos); ahora que la Unión Europea no permite destrucción de hábitats naturales para construir nuevos embalses; ahora que se obliga a cerrar las centrales de carbón; ahora que se rechazan parques eólicos por su grave impacto ambiental, ahora quieren ser más del Sol que el propio Sol.
¿Seguimos los verdaderos conservacionistas siendo partidarios de la energía solar? Pues claro. Nosotros nunca hemos cambiado de opinión ni renunciado a nuestros principios. Entre nuestros integrantes, no hay judas iscariotes que se venden por una bolsa de monedas de plata, aunque hay entidades que se llaman científicas que sí lo hacen.
Energía solar, SÍ, GRACIAS: pero sin megaplantas, descentralizada, en manos de los particulares, ya sean edificios de viviendas o empresas, sin cientos de kilómetros de líneas de alta tensión.
Las grandes plantas solares que se han construido y se están construyendo en España, y en Extremadura, especialmente, están destruyendo grandes superficies de dehesas y llanos, alterando los territorios de campeo y caza de muchas especies silvestre amenazadas, dentro de espacios naturales protegidos, con grave afectación del paisaje, no sólo por los cientos de miles de paneles dispuestos, sino por todas las obras de infraestructuras necesarias (caminos, edificios, tendidos eléctricos, etc…).
Muchas de estas instalaciones se han realizado con dudosas evaluaciones de impacto ambiental, en cuanto a calidad técnica e idoneidad profesional, y las DIA, Declaración de Impacto Ambiental, en el umbral de la prevaricación y el delito. Y lo más triste, entidades que se dicen “ecologistas”, “ambientalistas” o “científicas”, colaborando con este disparate, falseando datos, con estudios impresentables y abandonando a su suerte a lo que más amamos: la Naturaleza.
Y queda lo más grave desde un punto de vista social: la mayoría de los materiales empleados en estas grandes plantas, son de otros países; la mayor parte de la mano de obra, foránea, no de Extremadura; los domicilios fiscales de estas empresas, fuera de nuestra tierra, por lo que los tributos, también se van lejos de nuestras fronteras. Y una vez construidas las plantas solares, la riqueza se va fuera, pero nuestros hábitats quedan destrozados. Y todo, ¿para qué? Para que IBERDROLA, ACCIONA, GAS NATURAL o STATKRAFT se lleven grandes beneficios que no ayudarán, por supuesto, a parar el despoblamiento de nuestros pueblos, ya que una vez finalizados lo proyectos, el número de puestos de trabajo de cada planta es realmente ridículo. Y si alguien quiere datos exactos, se los damos.
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FONDENEX
Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura
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