El «silo de Mérida» fue un silo de tránsito, con capacidad para 10.500 toneladas de cereales, que fue licitado en 1944, junto con los de Córdoba y Alcalá de Henares, terminándose las obras en 1950 y entrando en funcionamiento en 1951.
El silo de Mérida contaba con modernos sistemas de señalización y control a distancia, así como un complejo sistema de máquinas diseñadas para la manipulación y selección de semillas.
A pesar de ser construido al mismo tiempo que los de las dos ciudades citadas, el de Mérida era un edificio singular, de 5.736 m2 construidos.
Los silos de Alcalá de Henares y Córdoba fueron rehabilitados y su uso ya nada tiene que ver con el almacenamiento de cereales. En la primera, el edificio se ha destinado a Archivo Histórico del IRYDA (Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario) y en el caso de la ciudad cordobesa, como depósito del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba.
El 20 de diciembre de 2016 la Secretaría General de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura procedió a la apertura del expediente para la declaración del silo como bien de interés cultural, de acuerdo con la Ley 2/1999 de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que se publicó en el DOE correspondiente (2 de enero 2017). El edificio fue inscrito en el Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura con el número 29760.
En el expediente se incluyeron los informes favorables de la Universidad de Extremadura, la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Badajoz, los Cronistas Oficiales de Mérida, así como del Ayuntamiento de la ciudad. Presentaron alegaciones en contra FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria) y GAMEROIL S.A. Ambas fueron desestimadas por la Dirección General de Patrimonio Cultural el 26 de marzo de 2018.
De forma sorpresiva e inexplicable (o explicable, si se considera la relación del entonces presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara con el propietario de GAMEROIL), la propia Junta de Extremadura se contradice a sí misma, y sin aclararlo de forma razonable, entendible y lógica, se desdice de su inicial apoyo, y apoyándose en un informe de la Abogacía General de la Junta, que lo emite desfavorable el 17 de abril de 2018, <<revoca y deja sin efecto>> el acuerdo de incoación de BIC del silo, <<dando por concluso dicho procedimiento>> (hay que aclarar que este informe no era vinculante).
Curiosamente, el Ayuntamiento de Mérida, que tanto interés mostró en 2016 y 2017, no recurre la decisión de la Junta de Extremadura (ambos del PSOE), con lo cual el edificio queda a merced de la especulación urbanística.
El edificio fue sacado a subasta en enero de 2017, quedando desierta, y procediéndose a su venta directa por 708.775,64 Euros, siendo adjudicada a GAMEROIL S.A. Se habló de un proyecto hotelero, pero a día de hoy, el edificio está en franco deterioro, sobre todo sufrido en los tres últimos años, y no se ha realizado ninguna actuación de conservación y/o mantenimiento. Las fechas son importantes: FEGA vende a GAMEROIL el 23 de enero de 2017. El inicio de incoación del expediente es el 2 de enero. ¿Casualidad?
FONDENEX presentará en los próximos días la solicitud de declaración del edificio como Bien de Interés Cultural, al haber transcurrido más de tres años desde que se archivó el anterior expediente, tiempo que exige la legislación vigente para reactivarlo.
Estamos ante un edificio histórico, singular, representativo de una época de Mérida, que merece ser conservado, rehabilitado y dedicado a fines sociales y culturales: ¿museo del campo extremeño? ¿almacén de restos arqueológicos, como en Córdoba, del Museo Nacional de Arte Romano? ¿sala de exposición de arte? Hay silos en España que se han rehabilitado hasta como teatros y observatorio de aves…
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FONDENEX (Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura)
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