A quienes defendemos la Naturaleza y su extensión al medio urbano, los parques y jardines, uno de los aspectos que más nos intranquilizan es cuando un ayuntamiento decide actuar en uno de estos espacios. En leguaje coloquial, <<no se nos arrima la ropa al cuerpo>>. Las experiencias, y solo con mencionar lo que se hizo en el parque infantil en 1991, han sido generalmente desastrosas.
El parque López de Ayala, <<parque de abajo>> o <<parque de los enamorados>>, se erigió en 1926 por Francisco López de Ayala y de la Vera, que fue un gran alcalde de Mérida, en los terrenos del antiguo arrabal, que estaba ocupado por escombros y basuras. A la entrada del parque hay un sobrio, pero histórico arco metálico que recuerda su inauguración. Alguna de las especies de árboles que lo pueblan, plátanos, arces, cinamomos, acacias, etc… son las mejores para dar sombra.
Este parque ya sobrevivió a dos envites contra su integridad: en 1992 se quiso pavimentar y sustituir su tradicional albero, y en 1994, también el ayuntamiento, quiso dividirlo en dos, para que discurriera un vial por el centro del mismo para tráfico de vehículos. Gracias a los conservacionistas de aquellos años, ambos proyectos se abandonaron.
Ahora el ayuntamiento quiere mejorar el estado del parque, lo que a FONDENEX le parece loable, pues ha estado <<un poco>> abandonado durante la última década. Pero en seguida surgen esas frases tan preocupantes, que casi siempre auguran malos presagios para los árboles: sustituir los que estén <<en malas condiciones>>; clasificar los árboles <<peligrosos>>, los afectados <<por enfermedades o plaga grave>>, los que <<su vida esté finalizando o se encuentren muy debilitados>>, los que <<provoquen daños a la ciudadanía>>, por cercanía a fachadas de edificios o invasión de espacios privados, y hasta los que por su gran volumen puedan producir afecciones alérgicas más pronunciadas.
Algunas de estas afirmaciones no son de recibo desde un punto de vista técnico, y son una premonición, y a FONDENEX le gustaría estar en un error, de lo que de verdad se quiere es reducir el arbolado para ganar terreno para eventos variados, en especial de hostelería, como alguna fuente ha adelantado.
FONDENEX va a examinar detenidamente el proyecto por parte de sus técnicos, ingenieros forestales, biólogos y arquitectos, pero ya anuncia una serie de líneas rojas que no está dispuesta a que se sobrepasen:
- Se opondrá al arranque de cualquier árbol que no presente enfermedad certificada por técnico cualificado y competente o que no muestre signos de inestabilidad, ambos casos fáciles de diagnosticar. De hecho, un ingeniero forestal de FONDENEX (el exdirector del parque nacional de Monfragüe) ya ha realizado un informe técnico sobre el estado de los árboles, justificando su buena salud y calificándolos como <<monumentos naturales>>.
- Se opondrá a podas estéticas y en especial las que dañen las ramas guías.
- Se opondrá a la sustitución del albero por cualquier tipo de pavimento artificial, ya sea adoquinado, losas, terrazos, etc…
- Si alguien tiene la idea de quitar el arco metálico de entrada al parque, interpondrá la correspondiente denuncia por atentado contra un patrimonio histórico de la ciudad.
FONDENEX siempre apuesta por la vía del diálogo y se pone a disposición del ayuntamiento de Mérida para asesorar y aportar ideas, pero defenderá el parque <<de los enamorados>> frente a cualquier agresión gratuita y sin sentido.
En 2026 cumplirá un siglo de historia y el mejor regalo es que se conserven sus históricos árboles.
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FONDENEX (Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura).
fondenex@hotmail.com