Hay que ser prudentes para que no se repita la triste historia de la tórtola europea
En 2022, el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) propuso declarar a esta especie como «en peligro crítico de extinción», ya que la población española se cifraba en 225.000 ejemplares (según la SEO), con un declive poblacional del 61 % en los últimos 20 años.
Sin embargo, la Real Federación Española de Caza y la Fundación Artemisan pusieron en duda esos datos y, en el informe Coturnix 2020, estimaron que la población post-reproductora era de más de tres millones de aves.
El pasado 10 de febrero, el MITECO respondió a una pregunta de una diputada del Congreso afirmando que, a la vista de la información disponible, no se consideraba a la codorniz en la categoría de «en peligro de extinción».
No obstante, a principios de 2022, el Comité Científico del MITECO recomendó mediante un dictamen —y por unanimidad— «proponer la inclusión de la especie en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de En Peligro de Extinción».
El Ministerio de Agricultura remitió el informe Coturnix, promovido por el sector cinegético, al Comité de Flora y Fauna Silvestres, que es el foro donde debía decidirse si la codorniz pasaba a la catalogación de «especie en peligro». El 22 de abril de 2022, tras el debate con las comunidades autónomas, se acordó la devolución del expediente al Comité Científico para que elaborase un nuevo informe, totalmente contrario al primero. ¿Presiones políticas? Lo cierto es que el giro fue de 180 grados.
¿Y qué dice la Unión Europea? Los organismos de la UE están estudiando cuál es la verdadera situación de la codorniz, cuál es el impacto de la caza sobre ella y si se puede desarrollar una caza sostenible sin poner en peligro la especie.
En noviembre de 2024, la Comisión Europea propuso una moratoria temporal de la caza de la codorniz tras leer el informe encargado a la Agencia Francesa de la Biodiversidad (OFB), a la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y al Instituto de Recursos Cinegéticos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (IREC/CSIC).
Según el IREC, «de acuerdo con los datos disponibles, es altamente probable que la caza en la Unión Europea sea insostenible en las poblaciones de las rutas migratorias oeste y central… y que es altamente prioritario desarrollar una estrategia de caza sostenible y, mientras tanto, reducir la presión cinegética», es decir, cazar menos.
Por lo tanto, hay al menos dos posturas muy distantes: el sector cinegético, con sus argumentos totalmente respetables, y una parte del sector conservacionista que aboga por la prohibición total de la caza de la codorniz, con argumentos igualmente válidos.
Pero lo que no se puede sostener es que una parte afirme que hay más de tres millones de codornices en España y otra diga que solo hay 225.000. Esto indica que ninguno de los dos estudios refleja fielmente la realidad.
FONDENEX, que es una asociación conservacionista —no ecologista—, favorable a la caza si se realiza de forma sensata y racional (como ha apoyado en el caso de venados y jabalíes en el Parque Nacional de Monfragüe como control de sus poblaciones), cree que es necesario que, desde el Consejo Extremeño de Caza, se emita una recomendación a la Junta de Extremadura para encargar un informe a un equipo multidisciplinar.
Este equipo debería estar integrado por técnicos del Gobierno extremeño, de la Federación de Caza, de sectores empresariales cinegéticos, de la Universidad de Extremadura y de entidades dedicadas a la conservación de la naturaleza.
El informe debería estar listo para la próxima reunión de este consejo, donde sería debatido y se acordaría la decisión a tomar.
No se trata ni de prohibir totalmente la caza de la codorniz, ni de que su caza sea libre, sino de lograr un aprovechamiento cinegético racional que permita cohabitar el ejercicio de la caza y la conservación, con garantías, de la especie.
FONDENEX
(Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura)
fondenex@hotmail.com