PÁNICO NUCLEAR: TRANQUILOS, LA CNA NO SE CIERRA…

«Pánico nuclear», fue una película de 2002 sobre el robo de una bomba nuclear que iba en un avión A-4 israelí y fue derribado. Su hurto tenía por finalidad hacerla estallar en Baltimore (USA) durante la final de la final de fútbol americano, y a pesar de Jack Ryan… lo consiguieron.

El pasado día 4 de julio, nos desayunamos con el siguiente titular en El Periódico EXTREMADURA, de autoría atribuida a la Cámara de Comercio de Cáceres: «Sin Almaraz quedamos a oscuras (sic). El titular suena a película de los hermanos Marx, y dan ganas de decir, como Groucho, «¡más madera!, mientras sus hermanos destrozaban el tren en el que iban para que siguiera corriendo…

Estamos asistiendo a una serie de afirmaciones por parte de organismos oficiales, encabezados por la Junta de Extremadura y la diputación cacereña, que piden que la central nuclear de Almaraz, ante el cierre decretado por el Gobierno Central, siga funcionando.

Pero no se molestan en pedir que se estudie el efecto de la contaminación radiactiva de la planta sobre la población del Campo Arañuelo y de la Vera, desde 1981, pues datos, hay; no se molestan en saber si el PENCA (Plan de Emergencia Exterior a la Central Nuclear de Almaraz), está operativo y sirve para algo en caso de accidente; ¿ha recurrido alguno de estos organismos el proyecto de ampliación del almacén de residuos de alta actividad que se quiere construir dentro de la central, como ha hecho FONDENEX? Total, decenas de miles de años, ¡que son!, si los municipios reciben la migaja del  0,0075% (15 millones de Euros) de los ingresos que tiene la propiedad de la CNA. Pero hablar o debatir sobre estos temas, da pánico a quienes defienden la continuidad de la CNA: carecen de argumentos para rebatir nuestros datos.

Cuando yo tenía 18 años y estaba estudiando Medicina, ya comenzamos la lucha contra la CNA y, que no se olvide, contra la central nuclear de Valdecaballeros, proyecto que se logró paralizar entre la Comunidad de Regantes del Plan Badajoz y diversas entidades conservacionistas, ecologistas y vecinales. A mí me llamaba mucho la atención un argumento que empleaban «las huestes pronucleares: quienes nos oponíamos a la CNA y CNV, queríamos que los extremeños nos alumbráramos CON VELAS. A mí esto me hacía mucha gracia, porque la estulticia de quienes empleaban este «sólido y técnico argumento, era manifiesta. Y compruebo, que casi 50 años después, siguen, y siguen… con la misma gansada.

Hasta el inicio de los años ochenta, antes de entrar en funcionamiento la CNA, la provincia de Cáceres obtuvo una media anual de 1.837 millones de Kw/h, consumiendo sólo ¡166 millones! Badajoz obtuvo de la cuenca del Guadiana una media anual de de 303 millones de Kw/h, consumiendo 275. Extremadura, pues, exportó durante los años setenta un promedio anual de 1.698 millones de Kw/h de energía hidroeléctrica, destinada fundamentalmente a Madrid y Sevilla, lo que constituía el 79´8% de la energía producida. Según la memoria del Consejo Superior de Industria y Estadística de Energía Eléctrica del Ministerio de Industria, Extremadura consumía menos del 25% de la energía que producía, considerando sólo la obtenida de los embalses. Quedaba claro que la construcción de la CNA y CNV no obedecía a una necesidad energética de la región.

¿Y Actualmente?

Pues según el libro «Balance eléctrico de Extremadura.2022, publicado por la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, en su página 5, «en 2022 la producción de energía eléctrica alcanzó en Extremadura los 26.251 GWh, un 6,33% más que en el año precedente… Por su parte, la demanda de energía eléctrica registrada en la región…bajó un 7,41% interanual hasta los 4.681 GWh.

Es decir, y si las matemáticas no fallan, que no suelen hacerlo, según la Junta de Extremadura, en una publicación oficial, «se constata un año más que la producción de energía eléctrica regional supera en un 560,85% a la demanda, suponiendo los excedentes el 81,90% de la generación por lo que el balance eléctrico de Extremadura continúa siendo ampliamente positivo.

Si cierra la CNA, cosa que espero y deseo, no sólo como ciudadano, sino como médico, habría que restar su producción, 16.900 GWh,  a los 26.251 GWh totales, con lo que quedarían 9.351 GWh, procedentes de hidroeléctrica, solar, etc… Es decir, seguiríamos exportando 4.670 GWh. ¿Obscuridad energética o mental?

Por favor,  responsables de la Junta de Extremadura, de la Diputación de Cáceres, de los ayuntamientos de la zona, de las cámaras de comercio, del PSOE, del PP, de VOX, dejen de mentir descaradamente a los ciudadanos de Extremadura. Si se cierra la CNA no va a pasar nada, ni desde el punto de vista social, ni económico, ni energético, ni de pérdida de población. NADA. Sólo vamos a ganar en seguridad: ya no va a haber posibilidad de un accidente por culpa de los reactores o los generadores de vapor. Y ahí quedarán los residuos de alta actividad, para la eternidad. FONDENEX propone una lápida a la entrada: «Legado de una civilización irresponsable que consiguió acabar con la Tierra.

Ah, la población del Campo Arañuelo era de 33.587 habitantes en 1960. En 2021, después de casi 50 años, 34.421, prácticamente idéntica a pesar de la CNA. Y todos los pueblos del Campo Arañuelo, salvo Saucedilla y Talayuela (sin relación con la CNA), y Navalmoral, TODOS, han perdido población, ¡hasta Almaraz!, que en 1960 tenía 2.009 habitantes y en 2021, 1.700. ¿Navalmoral se salva? ¡Pues totalmente, no! 1960, 9.060 habitantes. 2021, 17.045… pero en 2011 eran 17.266. Es decir, en 10 años, con funcionamiento «a tope de la CNA, ¡hasta Navalmoral ha perdido población!

En «Pánico nuclear, Jack Ryan casi evita que explote la bomba atómica. Aquí no tenemos a un Jack Ryan, ni a «Viriato, ni a una «Agustina de Aragón ni a «María Pita (ya quisiéramos). Tenemos lo que tenemos, para desgracia de una maravillosa tierra que se llama Extremadura, a la que amo profundamente. Estamos como los hermanos Marx, pidiendo más madera para que el tren siga avanzando hacia el precipicio.

Pero que ningún político se preocupe, ni tampoco ningún empresario: la CNA no se va a cerrar, y estará abierta miles de años, eso sí, sin producir energía eléctrica… la que se llevaba fuera de Extremadura. Pero seguirá generando radiactividad, que esa sí se quedará aquí, como decimos los extremeños, «pa los restos.

Francisco R. Blanco Coronado
Médico Especialista en Ginecología y experto en efecto de las radiaciones ionizantes sobre los seres vivos
Presidente de FONDENEX

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