Tanto las distintas administraciones como grandes empresas, piensan que poniendo la palabra <<verde>> en algún sitio de sus proyectos, han cumplido con la Naturaleza: nada más falso.
Corría el inicio de la década de los 60 del siglo XX. España era un paraíso natural, con grandes superficies de bosques, valles paradisíacos, ríos sin obstáculos, llanuras interminables, montañas con paisajes inmaculados y playas y litorales sin rascacielos.
Los políticos de entonces apostaron por un desarrollismo sin respeto por nuestros paisajes, flora y fauna. Lo que en principio fue considerado un <<motor de desarrollo>>, a la larga demostró lo que el refranero sentencia: <<pan para hoy y hambre para mañana>>.
Viene esta introducción a cuento de un reportaje aparecido en el Diario HOY sobre las especies de fauna en peligro de extinción en Extremadura y la posibilidad de sacarlas de esta clasificación en pocos años, lo que la Junta de Extremadura está exponiendo como un éxito de gestión. A los que conocemos la realidad del patrimonio natural de Extremadura, nos causa estupor lo afirmado por la Directora de Programas de Conservación de la Dirección General de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, no sólo por lo que dice, sino porque siempre la consideramos una persona sensata y una técnico competente.
Como ya afirmamos hace unos días, estimamos como un grave error que la UICN haya rebajado la categoría de protección del Lince, de <<peligro de extinción>> a <<vulnerable>>. Indudablemente, esto no tiene base científica alguna. Un ejemplo de disparate similar: por criterios exclusivamente numéricos, el Cernícalo Primilla pasó de <<vulnerable>> a <<no preocupación>>, y desde la desclasificación en los últimos 10 años, ha disminuido en Iberia un 40%.
Se afirma en la entrevista que no en mucho tiempo, y se habla de 10 años, posiblemente el Águila Imperial Ibérica y la Cigüeña Negra, hagan el mismo viaje que el Lince, pues la primera alcanzaría el centenar de parejas y la segunda 150. En 1998 existían en Extremadura 35-40 parejas de la primera, (no 18, estas eran sólo de la sierra de San Pedro), y también en esa época, entre 150 y 190, de la segunda. Si ahora, 25 años después, según la Administración, hay 75 parejas de imperiales y <<146>> de cigüeñas negras, ¿en 10 años vamos a sacarlas de <<en peligro de extinción>>? No concuerdan el paso de los años y el crecimiento de la población en estas últimas, y en la primera, una precisión importante: son las únicas que hay en el mundo.
En Fondenex no alcanzamos a comprender el <<interés>> en mover a las especies de catalogación. En especies tan sensibles, como las citadas, y otras como el Sisón, la Avutarda, el Milano Real, el Lobo, etc… es mejor dejarlas siempre con el máximo grado de protección, porque sus poblaciones son tan exiguas, que cualquier acontecimiento inesperado, puede provocar una catástrofe sin solución posible. Parece como si rebajando el grado de <<peligro>>, la Junta de Extremadura, el Ministerio para la Transición Ecológica y la propia UICN quisieran demostrar a la sociedad los buenos gestores que son y que se merecen una medalla.
Si águilas imperiales, cigüeñas negras, cernícalos primillas, linces, carracas, desmanes, quebrantahuesos, etc… están como están, en una situación crítica, el gran culpable es la Administración, tanto central como Autonómica: décadas de plantaciones de pinos y eucaliptos y arrasamiento de miles de hectáreas de bosque y matorral mediterráneos (ICONA); arranque de cientos de miles de encinas en las dehesas para instauración de regadíos en suelos no aptos (IRYDA y Consejería de Agricultura); encauzamiento de ríos con destrucción total de sus riberas (confederaciones hidrográficas); construcción de presas y carreteras en los hábitats naturales más valiosos (Ministerio de Obras Públicas y consejerías de la Junta); construcción de tendidos eléctricos en áreas importantes para las aves (Ministerio de Industria y consejería afín); fumigaciones con malathion de los llanos extremeños (Consejería de Agricultura), caza descontrolada y fuera de periodos biológicos (ICONA y Junta); introducción de especies exóticas (ICONA), etc… ¿Y ahora quieren que olvidemos esta dantesca historia, culpar al toro que mató a Manolete y aparecer como salvadores de lo que, si no hubieran actuado como el <<caballo de Atila>>, no sería necesario? Mayor hipocresía, no es posible.
El patrimonio natural de Extremadura, ni está bien gestionado, ni a salvo. Las amenazas ya no son las mismas que hace 25 años. A nadie se le ocurriría plantar eucaliptos en ninguna de nuestras sierras, ni hacer un embalse en el río Aljucén, ni un tendido eléctrico que atravesara Monfragüe… Pero la Junta de Extremadura y el Ministerio para la Transición Ecológica están autorizando grandes plantas solares en ZEPAs, la Dirección General de Sostenibilidad quiere permitir la caza del Meloncillo, la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural permite arrancar cientos de encinas centenarias para plantar plantones de encinas, la Red de Espacios Naturales Protegidos es una entelequia, sin presupuestos específicos y sin personal suficiente, la Consejera de Agricultura quiere reducir la Red Natura 2000 y para colmo, y sólo por motivos partidistas, la gestión de nuestra Naturaleza, partida en dos consejerías, como Salomón… pero sin sabiduría.
Francisco R, Blanco Coronado
Presidente de FONDENEX