DE UN HUMILDE MELONCILLO, A DON GERMÁN PUEBLA

(Traducción del «meloncillense» al español, por Manuel Martín Alzás, biólogo, vicepresidente de FONDENEX y Francisco R. Blanco Coronado, presidente, médico. Amigos de los meloncillos).


 

Dicen que Vd. es el jefe de los humanos que se han propuesto decidir nuestro futuro, y que nos quiere cazar porque, haciendo casos de habladurías, se apunta a otros humanos que nos echan la culpa hasta de la muerte de… Manolete (esto nos lo han contado nuestros amigos humanos de FONDENEX).

¿Qué comemos conejos? Vd. también. ¿Qué comemos perdices? Vd. también.

¿Qué comemos ranas? Muchos humanos también. ¿Qué comemos frutos silvestres? Su especie también. ¿Qué comemos setas? Pues sí, como su especie, y también… nos encantan.

Pero nosotros no comemos terneras, ni corderos, ni cabritos, y Vd., jefe de quienes nos quieren cazar, sí. Y cientos de mis congéneres muertos han sido abiertos en canal para estudiar lo que comían: conejitos, cuando abundan; algunas perdices (pocas, porque los humanos casi han acabado con ellas); culebras, que a los hombres les causa pavor y para nosotros es como comer carabineros para Vds.; y comemos lagartijas, sapos, insectos… y cuando el hambre “achucha”, las placentas que nos encontramos y alguna carroña, si no hay más remedio. Vds. comen caracoles y también insectos y gusanos… y no por eso les criticamos.

Germán, llevamos con Vds., según recientes estudios científicos, como mínimo, 2.000 años, pero las leyendas que nos cuentan y que pasan de abuelos a padres y de padres a hijos, dicen que valientes meloncillos cruzaron el estrecho de Gibraltar hace unos 10.000 años. Cuando unos humanos llamados fenicios llegaron a Iberia, lo que más les llamó la atención fue la impresionante cantidad de conejos que vieron, y llamaron a su tierra Span, “tierras de… conejos”. El Hombre inventó la mixomatosis y acabó con una de nuestras presas favoritas. ¿Y después de masacrar millones de conejos, Vds, los humanos, se atreven a acusarnos de ser un peligro para esa especie?

El Creador nos puso en la Tierra para algo, no somos un adorno, y valemos hasta para que los humanos fabriquen pinceles con nuestros pelos y pinten bellos cuadros considerados joyas para su sociedad.

Los meloncillos no nos matamos entre nosotros, los humanos sí; nosotros no contaminamos los ríos, los humanos sí; nosotros no polucionamos el aire, los humanos sí; nosotros no acabamos con los bosques, los humanos sí; nosotros somos muy familiares y mimamos a nuestras crías hasta límites increíbles; los humanos a las suyas algunas veces las arrojan a la basura…

¿Y Vd. se cree con derecho a poner en peligro nuestro futuro? Dios no creó al Hombre para esto. Dios nos bendijo a todos los animales y nos mandó fructificar y multiplicarnos, y vio que su creación, era buena. Y al Hombre le nombró “Señor” de lo que había creado, no para acabar con su obra, sino para cuidarla.

Germán, somos humildes, discretos, amantes de la vida y, comparándonos con los humanos, menos peligrosos para la ganadería: ¿Cuál fue la especie que ocasionó la enfermedad de las vacas locas? Nosotros… no. Inocuos para la flora silvestre: comemos algunos frutos… pero no arrancamos madroños, zarzamoras… ni encinas por millones, como su especie. ¿Un peligro para la fauna silvestre?… llevamos conviviendo con ella miles de años. El Hombre ha exterminado 748 especies de animales de la faz de la Tierra y como siga con sus excesos… nuestro Planeta tiene los días contados. Y los meloncillos seremos una víctima más… de la Humanidad y esta… de ella misma.

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