CENTRAL NUCLEAR DE ALMARAZ: ¿DE AQUÍ A LA ETERNIDAD?

“De aquí a la eternidad” fue una famosa película (ocho Oscars), dirigida por Fred Zinnemann, también director de la todavía más famosa “Sólo ante el peligro”, sobre el ataque japonés a la bases estadounidense de Pearl Harbor, en diciembre de 1941. Ante el desastre acaecido, los militares de Estados Unidos… llegaron a pensar… que de Hawai a la eternidad.

La central nuclear de Almaraz, se empezó a construir en 1972 y en mayo de 1981 comenzó a generar energía eléctrica la Unidad I (1.049´43 MW de potencia eléctrica) y en octubre de 1983 la II (1.044´45 MW).

En principio, su vida útil se estimó en 30 años, es decir, hasta los primeros años del siglo XXI. Por circunstancias políticas y económicas, su funcionamiento se fue prologando, estando previsto su cierre para noviembre de 2027 (Unidad I) y octubre de 2028 (Unidad II).

Por medio ha habido cambios de generadores por roturas de tubos, incendios, incidentes, accidentes, emisiones de gases radiactivos al exterior, fisuras en las tapas de las vasijas de los reactores, etc… y todo ello sin un plan de emergencia exterior útil que asegure la evacuación de los pueblos de alrededor en caso de accidente y sin la realización de un estudio epidemiológico serio e independiente que demuestre que no existe un incremento de determinadas patologías oncológicas en los habitantes del Campo Arañuelo y La Vera.

Alcaldes del PP del Campo Arañuelo y representantes del PSOE han solicitado una ampliación de la vida de la CNA. Dicha petición ha causado en miles de extremeños, preocupación y estupor. Los reactores y sus generadores han sobrepasado, en mucho, el tiempo para el que fueron diseñados y construidos, estando sometidas sus piezas a grandes temperaturas, vibraciones y otras agresiones mecánicas, físicas y químicas, con lo que pasa como con los autobuses antiguos: a más tiempo, más posibilidad de accidente, por mucho mantenimiento que tengan, y no se les deja circular más de 15 años.

Pero el verdadero problema de la central nuclear de Almaraz no es su funcionamiento diario, que ya de por sí es peligroso por sus emisiones líquidas y gaseosas al medio ambiente, sino sus residuos de alta actividad.

Por cada 1.000 Mw nucleares, se producen al año entre 30 y 35 toneladas de combustible usado (en la CNA, con 2.000 Mw, entre 60 y 70 toneladas/año), y de esta cantidad, unos 250 kilogramos son de plutonio 239 y 240. El Plutonio 239 tiene una vida media de más de 24.000 años, es decir, los 250 kgs. de Plutonio 239 que cada año produce cada reactor de la CNA, tardarán 24.000 años en reducirse a 125 kgs., y estos, otros 24.000 años a la mitad, y así sucesivamente. Dado que la CNA funciona desde 1981, actualmente almacena unos 21.000 kgs. de Plutonio 239. Basta una diezmillonésima de gramo de plutonio para producir un cáncer de pulmón y serían suficientes sólo cuatro kgs. repartidos uniformemente por todo el planeta para acabar con todo signo de vida en él.

A esta larga duración de algunos elementos radiactivos se une la dificultad para guardarlos de forma segura… durante miles de años. Si, por ejemplo, en Mérida, los romanos hubieran construido una central nuclear, llevaríamos guardando ya el plutonio 2.000 años y todavía nos quedaría 22.000 para que la cantidad que nos dejaron ¡disminuyera a la mitad! ¿Cuántas guerras y revoluciones han acaecido en España en los últimos veinte siglos? ¿De verdad alguien se cree que el plutonio seguiría a salvo?

Pero a la larga duración de muchos elementos radiactivos producidos en las centrales nucleares y la complejidad (y coste) para guardarlos con seguridad, se unen otros muchos problemas: dificultad y peligrosidad de su traslado por carretera; fallos en el manejo de los residuos, ya sean de origen humano o mecánico; posibilidad de impacto sobre el edificio de almacenaje de un avión; terremoto por encima del nivel 8 de la escala Richter; comportamiento del hormigón con el que se construyen los depósitos durante miles de años (la experiencia con este material es sólo de algo más de un siglo), y no hay que olvidar que el propio material radiactivo almacenado puede general accidentes por fugas, ya sea por calentamiento o pérdida de estanqueidad.

Como en ningún sitio de España quieren un almacén de residuos nucleares de alta actividad centralizado, las plantas atómicas actualmente en funcionamiento no han tenido más remedio que lo que era “temporal” se ha convertido en definitivo.

La pregunta es: ¿Qué se va a hacer con los residuos? Pues mucho nos tememos que seguirán en Almaraz… hasta la eternidad. ¿Esta es la herencia que quieren dejar a nuestros descendientes los alcaldes del Campo Arañuelo?

Dr. Francisco R. Blanco Coronado
Presidente de FONDENEX

Médico Especialista en Ginecología y Mastología
Una de sus líneas de trabajo es sobre el efecto de las radiaciones en los seres vivos.

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